Convivencia de Humanidades

A pesar de los riesgos, lanzamos una convivencia no apta para interesados en hacer deporte, perderse clase a cualquier precio (por eso tenía lugar durante parte del fin de semana), o personas que tengan su vida programada. Y esto, no porque estas cosas no sean positivas sino porque no íbamos a incluirlas en nuestro horario.

Para nuestra sorpresa, se apuntaron 10 inconscientes dispuestos a tener ocho tertulias con escritores, periodistas, profesores, críticos de cine y políticos. Los encuentros estaba previsto que duraran una hora, pero el más breve duró hora y cuarto y uno llegó a las dos horas, lo que revela el interés que despertó entre los participantes. Se trataba de reuniones informales, por lo que gran parte del tiempo se dedicaba a responder a las preguntas de los asistentes.

¿Y en qué quedó de todo? ¿Qué sacaron en claro los asistentes? No es fácil decirlo, pues entramos en el terreno de los intangibles. Aprendieron que ninguno de los ponentes tenía muy claro lo que quería hacer en su vida a los 17 años; que existen muchos caminos para alcanzar tus sueños y dedicarte a lo que te gusta, pero que todos pasan por tener iniciativa y hacer muchas cosas inútiles (es decir, sin una finalidad concreta a largo plazo); que el miedo y el deseo son los extremos entre los que se mueve la incertidumbre de los hombres, y que el mundo es para los valientes que se deciden a conquistarlo; que la carrera universitaria es tan importante como la cantidad de cosas que hagas -durante tus años de estudio- que no se relacionen con las materias de tus asignaturas; que hay varias decenas de libros que me encantaría leer en cuanto acaben estos días; que el buen cine no es una pérdida de tiempo sino una necesidad; que hay que aprender a viajar de verdad, conociendo las culturas más allá de los tópicos.

Y ya por último, os dejo la lista de ponentes a estas jornadas. Nuestro sentido agradecimiento por el tiempo y la atención que nos han dedicado.