Los 5 filósofos griegos que deberías conocer

por | 14 de diciembre de 2020

Salomea Slobodian, alumni del doble grado de Filosofía y Periodismo
y actual doctoranda de Filosofía en la Universidad de Navarra, nos invita
a reflexionar acerca de la vigencia que tiene en la actualidad el
pensamiento de los grandes filósofos de la antigüedad. 

14/09/20: los astrónomos europeos y estadounidenses detectan en Venus un gas fétido que en la Tierra supone un indicio de vida y plantean la posibilidad de vida orgánica en ese planeta vecino. 

c. 624 a. C.: nace el astrónomo y científico práctico Tales de Mileto que, observando los astros y su influencia sobre la Tierra, se pregunta cuál es el principio subyacente del universo material, qué está en la base de toda vida, orgánica e inorgánica. 

Tales fue el primero en preguntarse por la naturaleza última y fundamental del mundo, a partir de la cual se desarrolla la multitud de cosas y fenómenos del universo, que no son sino formas cambiantes de un último elemento. 

De ahí que se le considera el primer filósofo “natural”: según él, la filosofía versa sobre la comprensión de la pluralidad que uno experimenta en su vida diaria mediante los sentidos, sobre su existencia y naturaleza. 

Tal comprensión radica en el descubrimiento de una unidad que lo abarca todo, la unidad de una diversidad que brota del primer principio subyacente (arhé), el cual es, pensaba Tales, el agua. 


03/09/20: el cineasta Christopher Nolan estrena en Estados Unidos la película Tenet, un thriller sobre la inversión del tiempo que plantea la posibilidad de salvar el futuro de la humanidad cambiando su pasado desde el presente. 

540 a. C.: nace Heráclito de Éfeso y reflexiona sobre la naturaleza cambiante de las cosas, inmersas en la temporalidad de la existencia. Heráclito habría discrepado con Nolan, porque sostuvo que “es imposible meterse dos veces en el mismo río, pues quienes se meten sumérgense en aguas siempre distintas” (H. Diels-W.Kranz, Fragmentos de los presocráticos). 

Según el filósofo, nada permanece en la tierra, nada es estable y todo realza una continua tensión de los modos de ser diversos que en su totalidad conforman la unidad del Uno. La realidad es una, pero es múltiple a la vez, y tal multiplicidad le es esencial. 

La existencia presenta así una identidad en la diferencia, que se compara al fuego. Así como el fuego persiste consumiendo la materia heterogénea transformándola en sí mismo, el Uno brota de la multitud de objetos sin los cuales no existiría y los transforma en estados de la materia diferentes siendo él su esencia. 

De este modo, mientras la sustancia de cada objeto material está siempre cambiando, la cantidad total de la materia permanece. 


03/09/20: los “okupas” denuncian a un propietario que consiguió recuperar su vivienda en Barcelona después de haber sido obligado a pasar meses, junto con su familia, fuera del propio hogar. 

399 a. C.: muere en Atenas Sócrates, condenado injustamente, con la seguridad de que “es mejor padecer una injusticia que cometerla” (Platón, Apología de Sócrates), porque la recta acción procura una verdadera utilidad para el ser humano dotándole de un bien permanente y el más grande, la felicidad. 

Sócrates tenía un especial interés por la ética y consideraba como su misión el formar a los hombres en valores para que cuidaran de sus almas, que según el filósofo es la posesión más noble del ser humano que crece en la sabiduría y la virtud. 

Para Sócrates, un obrar injusto no proviene tanto de la debilidad moral como de la ignorancia: el saber y la virtud se identifican, porque el que conoce lo recto actúa rectamente. 

A primera vista, tal afirmación puede parecer insostenible, pero el pensador explica que nadie escoge obrar mal por el mal mismo, sino que siempre busca un bien (por ejemplo, el ladrón roba para obtener dinero o para sentir el placer de venganza, etc.). Pero tales bienes son pasajeros y mediocres, no son capaces a colmar el alma del ser humano, de hacerlo feliz. 

Por eso es el sabio el que se da cuenta de las ventajas que ofrece el ser dueño de uno mismo, sin lanzarse por los pequeños placeres que pueden satisfacer unas necesidades sin resultar nunca suficientes. El placer, desde luego, es un bien, pero el verdadero placer que radica en la dicha duradera lo consigue un hombre moral más que inmoral, porque vela por su alma, capaz de una bienaventuranza verdadera y plena.  


28/09/20: cientos de mujeres de tallas grandes desfilan bajo la Torre Eiffel para reclamar más diversidad en el mundo de la moda y sus estándares, con ocasión de la Semana de Moda de París 2021. 

c. 427 a. C.: nace Platón, el gran filósofo ateniense que planteó la cuestión de la objetividad de la belleza. Platón afirma con rotundidad que la belleza en sí es algo objetivamente real, pero solo existe fuera de las cosas materiales. 

Todo lo que llamamos bello no lo es en cuanto que participa de lo Bello mismo, a lo cual se aproxima en mayor o menor medida, pero siempre con una mezcla de fealdad en comparación entre unas cosas y otras. 

Por eso la Belleza absoluta y fuente de toda belleza participada no puede ser un objeto o un sujeto bello, cuya materialidad admite grados de belleza. Esta, en cambio, en su pureza es el objeto de la inteligencia, que al contemplar las cosas bellas es capaz de ascenderse hacia su fuente última, la Idea de lo Bello. 

21/09: se conmemora el 71º aniversario de las Naciones Unidas. Su secretario general Antonio Guterrez llama a preservar el período de paz más largo entre las grandes potencias del mundo, recordando que “hicieron falta dos guerras mundiales, millones muertos y los horrores del Holocausto para que los líderes mundiales se comprometieran a la cooperación internacional y al imperio de la ley”. 

384 a. C.: nace el estagirita Aristóteles, que postuló que el Estado existe para un fin: procurar el bien supremo del ser humano, su vida moral e intelectual, que solo se desarrolla bajo un sistema político que preserva la paz y dota a los ciudadanos de los bienes materiales necesarios. 

Aristóteles sostiene que solo en el Estado, la polis, el hombre puede vivir alcanzando la felicidad plena. Porque el ser humano “es un animal político por naturaleza” (Aristóteles, Política), es en la sociedad de relaciones interhumanas donde ese se desarrolla plenamente. 

El filósofo insiste en que para alcanzar este ideal, el Estado debe optar por un régimen político que procure un equilibrio de libertades y responsabilidades para preservar la justicia. Cualquier desequilibrio hace que los sistemas buenos se perviertan: la monarquía se desvía hacia la tiranía, la aristocracia hacia la oligarquía y la politeia deriva en su forma pervertida, la democracia, el sistema de revoluciones y caos sociopolítico. 

La importancia de la medida en el pensamiento aristotélico es crucial: está en el núcleo de la definición de justicia, la virtud que está en la base de la polis. El Estagirita comprende la justicia como algo equitativo, como el dar a cada uno lo que le corresponde. 

De ahí que los términos modernos del “derecho” y “deber” se entienden desde Aristóteles como conceptos esencialmente políticos: solo pueden darse en una sociedad regulada por la ley positiva, que procura la justicia social.

Por eso al filósofo le parecería contradictoria, por ejemplo, la noción de los “derechos humanos”, dado que no le concierne a la cuestión de justicia. Como una persona no puede deberle a la otra su vida, alimentación, educación, etc., tampoco el Estado pueda exigírselas mediante la imposición de una ley. 
 

¿Cuál es la importancia de la filosofía en la actualidad?

Es sabido que los conocimientos históricos son imprescindibles para comprender y reflexionar sobre los eventos del presente y desarrollar el espíritu crítico que ayuda a una persona culta a desenvolverse en la sociedad actual. 

Pero si sostenemos que es importante informarse sobre los grandes conquistadores y la evolución de los pueblos, no sería nada lógico mantenerse en la ignorancia sobre los grandes creadores que han contribuido en el desarrollo de la cultura y  que han intentado responder a las cuestiones que cada uno se plantea en la actualidad. 

Para remontarnos, pues, a los inicios del pensamiento europeo, hemos de buscarlos en el mundo helénico, cuyas ideas trascienden miles de años y arrojan luces sobre las problemáticas de hoy.