En negrita se señalan los principales ejemplos del libro. Las frases en cursiva no son ideas del libro sino mías. Casi siempre se refieren a ejemplos más cercanos al lector español que los que usa Sandel.

En ocasiones el esquema no sigue el orden del libro, pues en algunas ocasiones me ha parecido más comprensible el esquema si se usaba otro orden. Evidentemente, si uno lee todo el libro, se entiende perfectamente el orden que le da Sandel.

Las citas son de la 2ª edición de la obra en castellano. Marbot. 2015.

Capítulo 1. La ética del perfeccionamiento

Hijos diseñados genéticamente

  • En 2002 una pareja de lesbianas sordas tuvo un hijo por fecundación in vitro. En el proceso seleccionaron un embrión para que naciera sordo. El caso saltó a la prensa y se produjo un gran escándalo. Para defenderse de los ataques que recibieron dijeron que la sordera no era una discapacidad sino un estilo de vida. p. 42.
  • En esa misma época, en varios periódicos de Harvard se promocionaban anuncios de donantes de óvulos de alta calidad, 177cm de altura, buenas notas en el examen de acceso universitario, complexión atlética y sin enfermedades en la ascendencia familiar. Se ofrecían 50.000 dólares. p. 43.
    • ¿Por qué el segundo caso no generó controversia y el primero sí? En el fondo los dos casos tienen en común que no hay garantías en el resultado, solo se mejoran las probabilidades. Esto mismo ocurre con los embarazos naturales. Así pues, ¿qué hay de malo en ello? p. 44.
  • Podría argumentarse que los hijos no serían plenamente libres, pues los padres al diseñarlos les habrían orientado hacia unos determinados campos u opciones vitales. p. 48.
    • Sin embargo nadie es libre de elegir su genética. La diferencia en este caso es que en vez de ser aleatoria, ha sido diseñada.
    • Aunque aceptemos esta objeción, eso no quitaría que la gente pudiera mejorarse a sí misma (aunque no a su descendencia). Se podría aceptar la edición de células somáticas, pero no las de la línea germinal (pues sus efectos son hereditarios).
      • Ahora bien, tampoco nos parece bien que un atleta se mejore genéticamente aunque no cause problemas a su descendencia o a sí mismo. p. 49.
        • Acudir al lenguaje de la autonomía, la equidad y los derechos individuales no resuelve todos los casos que se plantean. P. 50.
  • Una cosa es curar y otra mejorar. El mejoramiento no es bueno. La cura puede ser aceptada mientras no entrañe riesgo para otros. p. 49.

Drogas en el deporte

  • Las drogas en el deporte no son buenas porque:
    • Son malas para la salud.
    • Atentan contra la justicia y la equidad de la competición. p. 52.
      • Sin embargo, la equidad no es igual para todos, puesto que la genética también nos hace distintos. p. 54.
    • Surge una pregunta, ¿debemos aspirar a la igualdad plena?

Drogas para la memoria

  • Las drogas para la memoria son aceptadas en casos de alzheimer. p. 56:
  • No están bien vistas para mejorar el rendimiento en los exámenes.
  • Se aceptan en gente con TDAH, pero solo para que se igualen al resto, no para que mejoren el rendimiento natural medio.
  • Hay una empresa que busca una droga para los recuerdos traumáticos, accidentes, estrés postraumático por la guerra, etc. ¿Se aceptará?
  • Con la memoria surge la misma pregunta que con los músculos, ¿debemos aspirar a la igualdad plena? p. 57.

La altura

  • Algunos padres piden la hormona del crecimiento aunque su hijo no tenga problemas graves. Sencillamente es más bajo que la media o quieren que juegue al baloncesto. ¿Por qué solo se puede usar este tratamiento con los muy bajitos y no también con los bajitos? p. 58.
    • Por los riesgos para la salud.
    • Porque al hacerlo subiría la media de altura, por lo que más gente pediría la hormona para estar en la media o mejor. p. 60.
      • Si se acude al argumento de la libertad individual, hay que ofrecer el tratamiento. Si se acude a la equidad, también (aunque se produce la paradoja de que nunca habrá una equidad real).
      • Al igual que ocurría en el deporte, si lo que nos importa es respetar la autonomía, los derechos individuales y la equidad. no tendremos más remedio que aceptar el mejoramiento por biotecnología. p. 60.

La selección del sexo

  • Objeción. Al hacer la fecundación in vitro se destruyen embriones, considerados personas por algunos. p. 64.
  • Objeción. Hay aborto selectivo contra las mujeres, especialmente en India y China. p. 66.
    • Supongamos que perfeccionamos la técnica y no hay que matar embriones. Y supongamos también que hacemos un diseño equitativo de hijos, de forma que nazcan el mismo número de hombre que de mujeres. ¿No habría nada de malo en ello?
      • Y es que el problema no son solo los medios que se ponen sino también los fines que se persiguen, aunque no es fácil explicar por qué. p. 67.

Capítulo 2. Atletas biónicos

  • Ser un ser humano no optimizado corre dos riesgos. p. 69:
    • No seremos igual de libres, pues no actuaremos en función de nuestros medios (genéticos y de educación) y esfuerzos.
    • No seremos tan responsables, dignos de elogio o condena, por cómo seamos y las cosas que hagamos.

Don y dominio. La humildad

Nadal o Federer

  • No admiramos igual a un bateador natural y a uno optimizado. El mérito de sus logros no es el mismo. p. 70.
    • ¿Qué admiramos, el talento natural o el esfuerzo? No es nada fácil decirlo.  ¿Es como preguntar si uno admira más a Nadal o a Federer? Uno se esfuerza más, pero el otro tiene más talento natural. p. 72.
      • Admiramos una combinación de las dos. Nadie piensa que es más admirable uno que se mata a entrenar baloncesto que Michael Jordan. Pero también admiramos a Gasol.
    • El peligro más grande no es que la biotecnología mine el esfuerzo humano, sino que concibe la naturaleza humana como algo que debe ser moldeado y subyace una ambición de dominio desmedida.
      • Reconocer el carácter recibido como un don de nuestros talentos, nos ayuda a aceptar que no son obra nuestra. No todo está abierto al uso que queramos darle. Esta visión no nos ayuda a ser humildes. p. 71.

Tiger Woods

  • Tiger Woods se operó de la vista y ganó los siguientes 5 torneos en 1999. Nadie lo censuró, porque se sobreentiende que esta optimización no le daba ninguna ventaja sobre el resto. Sin embargo no se pensaría lo mismo si se hubiera puesto una vista mejor que la normal. p. 75.
    • Pero entonces, hay que reconocer que aceptamos unas optimizaciones y no otras. Por ejemplo, aceptamos también el entrenamiento y la dieta. p. 75.
      • No aceptamos la EPO o las transfusiones de sangre para tener glóbulos rojos. Sin embargo, sí aceptamos que los deportistas ricos entrenen con cámaras especiales de recuperación en altura, que simulan el rendimiento a alturas de 5000 metros. Luego se prohibieron, pero todavía se aceptaba la casa de la altura de Nike (una casa sellada para vivir que simulaba las condiciones de la vida a gran altura). p. 77.
        • Todas estas mejoras hacen que uno admire más al farmacéutico que al deportista. p. 69.

El peso y la dieta

  • En 1990 se prohibieron los esteroides para que los jugadores de fútbol americano ganaran peso. La media del peso de los jugadores había subido 25 kilos en 20 años. Sin embargo, aceptamos que ganen peso a base de comer hamburguesas. p. 79.
    • El fútbol americano está dejando de valorar la experiencia atlética a ser un espectáculo de huesos machacados. p. 80.
    • Evidentemente estamos tolerando un problema contra la salud y seguridad de los jugadores, pero también habría que preguntarse si este es el tipo de excelencias que un deporte busca admirar. p. 81.

Diferencia entre un deporte y un espectáculo

  • ¿Celebraríamos el baloncesto si los jugadores usaran un trampolín? Parece que no. Creemos que las normas de los deportes están hechas para custodiar las virtudes y excelencias que pretende premiar. Por eso, se admira la nobleza del rugby o la fortaleza mental en el tenis. p. 82.
  • Evidentemente siempre estará en discusión qué cosas corrompen el deporte y cuáles lo mejoran:
    • Las zapatillas para corredores nos parecen buenas, aunque no sean naturales. p. 82.
    • Un entrenador para un atleta nos parece aceptable, aunque como muestra la película Carros de fuego, esto no siempre ha sido así. p. 83.
    • Que los entrenadores de tenis no puedan decir nada ni hacer gestos a los jugadores en los partidos está prohibido, aunque en otros deportes está permitido y Toni Nadal esté en contra.
    • Las mismas discusiones están también en otras áreas. Por ejemplo, algunos intérpretes de piano y violín toman calmantes para no estar nerviosos en las actuaciones. ¿Es justo? ¿No es una trampa? p. 84.
      • Otro ejemplo, en la ópera no se permitían los micrófonos. Formaba parte de ser un buen cantante tener una voz potente. Con la llegada de los micrófonos este tipo de cantantes pasaron a un segundo plano. p. 85.
  • Al final es inevitable una discusión acerca de la naturaleza de cada deporte: qué excelencias quiere celebrar. Un caso famoso fue el fallo del Tribunal Supremo de EEUU que dirimió que un golfista con problemas de movilidad podía competir yendo en coche de un hoyo a otro. El resto de golfistas no estaba de acuerdo porque para ellos el cansancio era algo inherente al espectáculo. p. 88.
    • Imaginemos que soy el mejor lanzando a canasta pero me canso mucho corriendo. ¿Puedo exigir un exoesqueleto para correr lo mismo que el resto de jugadores?
  • Algunos proponen como solución que haya competiciones para optimizados y para no optimizados, con la seguridad de que las primeras tendrán más éxito por ser más espectaculares. p. 86.
  • La degeneración del deporte en espectáculo no es un fenómeno exclusivo de la época de la ingeniería genética. Sin embargo, la erosión de la biotecnología en el deporte es especialmente corrosiva. p. 89.

Capítulo 3. Hijos de diseño, padres diseñadores

Qué actitudes expresan curar y mejorar

  • Tratar a los hijos como dones es aceptarlos tal y como son, no como objetos de nuestro diseño, productos de la voluntad y de nuestra ambición.
    • El amor de unos padres no está en función de los talentos y atributos del hijo.
    • Escogemos a los amigos, pero no a los hijos.
    • Los hijos son impredecibles.
    • Por eso la paternidad enseña mejor que nada la apertura a lo recibido. p. 91.
  • Diseñar hijos no convierte a los padres en tiranos pero sí desfigura la relación entre ambos y priva a los padres de la humildad y empatía de la apertura a lo recibido. p. 92. Perfeccionar a los hijos puede llevar a los padres a no aceptar el amor incondicional.
  • Aceptar a los hijos no significa ser pasivos ante la enfermedad. Una cosa es curar y otra mejorar. Buscar la salud no representa una ambición desmedida de dominio. p. 92.
    • Algunos sostienen que al igual que estamos obligados a curar al enfermo, también lo estamos de mejorar al sano. Según Savulescu la salud es algo instrumental, es un recurso que podemos usar para aquello que queramos. Así pues los padres estarían obligados a mejorar a sus hijos, para darles las mejores oportunidades posibles. p. 94. Savulescu J, New breeds of humans: the moral obligation to enhance. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15820005
      • Sin embargo al cuidar la salud de los hijos los padres no son diseñadores ni convierten a sus hijos en productos.
        • Es cierto que habrá casos límite entre curar y mejorar. La ortodoncia, la cirugía estética o la hormona del crecimiento para los bajitos. p. 95.
  • El equilibrio para educar es difícil: p. 96.
    • Amor-aceptador sin amor-transformador produce dejadez e indulgencia.
    • Amor- transformador sin amor-aceptador comienza estimulando y acaba rechazando.
  • Los defensores del perfeccionamiento dicen que no hay diferencia entre perfeccionar a través de la educación o de la biotecnología. p. 97.
    • Los críticos con el perfeccionamiento señalan su parecido con la eugenesia.

Ejemplos de lógica del dominio

  • Los defensores de la optimización tienen razón en que la lógica del control se ha extendido en la educación más allá de lo razonable. Fenómeno de la hiperpaternidad. Por ejemplo, los padres que sus hijos sean campeones de un deporte desde niños, Agassi, gemelas Williams o Tiger Woods. p. 99.
  • Esto está produciendo un aumento de lesiones por exceso de entrenamiento. p. 100.
  • O lleva a que los responsables de admisión de las universidades hagan esfuerzos para sacar a los hijos del campus. p. 101.
  • Cada vez hay más padres que tratan de obtener diagnósticos de TDHA para que sus hijos tengan más tiempo en los exámenes de acceso a la universidad. p. 103.
  • Hay padres que contratan consejeros para que asesoren a sus hijos para entrar en las grandes universidades. p. 103.
  • Hay padres que hacen esfuerzos muy grandes para que sus hijos entren en las mejores guarderías. P. 106.
  • Aumentan los test estandarizados en primaria. Nos centramos en lectura, matemáticas y ciencias, en detrimento de las humanidades, las artes, la música. p. 107.
  • Algunas personas sin especiales problemas usan medicamentos para centrar la atención, como el Ritalín, para mejorar su rendimiento cuando lo necesitan para estudiar. p. 109.
    • Todos estos ejemplos muestran que algo de razón tienen los defensores del perfeccionamiento a través de la genética, muchos padres son desmedidamente ambiciosos a la hora de mejorar a sus hijos.
      • La cuestión es que esto no justifica que hagamos una carrera para ver quién mejora, si desde la genética o desde la educación. p. 110.
      • En conclusión: la ambición de dominio guarda cierto parecido con la eugenesia.

Capítulo 4. La vieja y la nueva eugenesia

Tipos de eugenesia

  • Ojo, cojo estas ideas de la introducción, que no es de Sandel (pág. 9):
    • Histórica. Basada en el darwinismo social. Justificaba la esterilización de las personas menos válidas en beneficio del resto de la sociedad.
    • Liberal o de mercado: apela a la libertad de elección para justificar la mejora de algunos aspectos de la vida propia o de la propia descendencia.
      • Respecto a la obligatoriedad:
        • Voluntaria.
        • Obligatoria desde el punto de vista moral, sobre todo en relación a la descendencia.
      • Respecto a la visión de la sociedad que tienen (pág. 10):
        • Libertaria. Cada uno es libre de escoger lo que prefiera del supermercado genético.
        • Igualitaria. Debemos utilizar la biotecnología para evitar las desigualdades.

Ejemplos de eugenesia

  • Si el interés público puede exigir que la gente vaya a la guerra o esté obligada a vacunarse, debería obligar también a los menos listos o con peor carácter a esterilizarse. Esta idea es de una sentencia del Tribunal Supremo de EEUU de 1927. p. 117.
  • De hecho la eugenesia de EEUU inspiró la de Hitler, aunque la llevó de la esterilización al exterminio de masas. p. 118.
  • Singapur promovió la esterilización de los ciudadanos menos aptos a cambio de incentivos económicos. p. 120.
  • La eugenesia tiene mala prensa desde la II Guerra Mundial, pero hoy día los defensores del perfeccionamiento proponen una eugenesia de mercado, basado en el interés de los padres. p. 119.
    • La eugenesia hoy día no la propone el estado sino la ambición de dominio de los padres. p. 122.
  • La FIV pone a la venta óvulos y esperma de calidad. Y sin embargo que se vendan óvulos por 50.000 dólares sigue siendo controvertido, pues no se trata de un asunto solamente de libertad de elección. p. 125.
  • Los defensores del perfeccionamiento defienden que no es malo que la especie sea mejor. Lo importante es que la eugenesia moderna se centre no en atacar a los menos valiosos sino en permitir que los mejores accedan a programas de mejoramiento.
    • Nozick propuso un supermercado genético. p. 129.
    • Rawls justificaba la eugenesia si ayudaba a la igualdad. p. 130
  • La eugenesia liberal no muestra una ambición colectiva (no es un estado el que busca la mejora de la especie), sino una ambición individual. p. 130.
  • Detrás del deseo de mejorar a los hijos está la idea de que la sociedad es pura competitividad, por lo que mis hijos deben de estar preparados para sobrevivir. p. 131.
  • Además, si los padres buscan lo mejor para sus hijos, deben de buscar obligatoriamente la optimización. p. 132.
  • Habermas está en contra de la eugenesia liberal. p. 134. Da dos razones:
    • Socava la igualdad, pues habrá personas optimizadas y otras que no lo serán. Como ocurre en Gathaca.
    • Se viola la autonomía del hijo que ya no es responsable de sus acciones porque tiene unos condicionamientos impuestos por otros, no por la naturaleza.
      • Los defensores del mejoramiento dicen que la intervención de los padres a través de la educación también condiciona a los hijos. ¿Qué más da hacerlo con la genética? p. 135.
        • Aunque no se haga daño a la autonomía del hijo, la eugenesia es mala porque promueve una mentalidad de control que desdibuja el carácter de don de los talentos humanos. Olvida que la libertad es la negociación con lo recibido no solo el diseño del futuro. p. 137.

Capítulo 5. Dominio y don

  • El problema del perfeccionamiento es que es un triunfo unilateral de la voluntad sobre el don, el dominio sobre la reverencia, del diseño sobre la contemplación. p. 139.
    • Esto afectará a nuestra humildad, responsabilidad y solidaridad.

Humildad

  • En un mundo que valora el dominio y el control, la crianza es una escuela de humildad. Nos preocupamos de nuestros hijos pero no podemos elegirlos, eso nos enseña a estar abiertos a lo recibido. Esta actitud merece ser fomentada, no solo para las familias sino en el mundo en general. p. 140.
    • Si no lo controlamos todo, aprenderemos a convivir con la incertidumbre, y esto nos ayudará a ser comprensivos con los errores de los demás y aceptar las adversidades de la vida.
    • Si vemos nuestros talentos no como algo recibido sino diseñado por mí mismo o por mis padres, será más difícil que seamos solidarios con los demás. Estaremos más cerca de la idea de que el hombre se hace a sí mismo. Veremos nuestros dones como logros. p. 141.

Responsabilidad

  • La optimización no es mala porque suprima el esfuerzo, sino porque multiplica la responsabilidad. p. 141.
    • Los padres pasan a ser responsables de elegir cómo deben ser sus hijos. Serán responsables de los rasgos y talentos de los que carezcan.
    • Cada uno será responsable de optimizarse debidamente.
    • Los atletas serán responsables de adquirir los talentos que contribuirán a la victoria de su equipo. Y esto es aplicable a cualquier profesional que trabaje en un grupo.
      • Los padres de los jugadores de un equipo de niños podrán enfadarse con otros padres por no optimizar a sus hijos.
      • Los jefes podrán enfadarse con sus empleados por lo mismo.
  • Hay jugadores de baseball que se quejan en privado de que sus compañeros no van dopados y fallan más. p. 142.
    • Es lo mismo que pasaba en el equipo ciclista de Lance Armstrong. Se obligaba a todos a doparse porque si no no aguantarían las carreras.
  • Dar a luz a un niño con síndrome de down era una cuestión de azar y admirable que unos padres cuidaran de un hijo así. Ahora es una cuestión de dominio que es evitable con el aborto, por lo que los padres pasan a ser vistos como unos irresponsables por llevar a término el embarazo. p. 142.

Solidaridad

  • Cuanto más conscientes somos del carácter recibido de nuestros talentos, menos soberbios y solidarios somos para compartir nuestro destino con el de los demás. p. 143.
  • Un ejemplo muy bueno de esto es el mercado de seguros. Los seguros se inventaron para que partiendo de una situación de ignorancia respecto al futuro de la salud, todos tuvieran cubierta la atención médica, aun a costa de que unos usen más los servicios médicos que otros. Sin embargo, hoy día las compañías tienden a primar la buena salud con descuentos especiales, lo que encarece el gasto de los que tienen peor salud. Si ahora estamos a un paso de tener test genéticos con la consiguiente predisposición a contraer enfermedades, imaginemos qué ocurriría si los seguros o las empresas los exigiesen antes de contratar gente. p. 145.
    • Si ya hay un problema porque las mujeres no son contratadas porque pueden quedarse embarazadas, imaginemos qué podría ocurrir si supiéramos que uno tiene tendencia a la depresión, por ejemplo.
  • Es mucho mejor socialmente concebir la salud como el resultado de la lotería genética. p.145.
  • Solo una conciencia de la contingencia de nuestros dones, de que ninguno de nosotros es plenamente responsable de su éxito, puede salvar a una sociedad meritocrática de caer en la arrogante presunción de que el éxito es el coronamiento de la virtud, de que los ricos son ricos porque lo merecen más que los pobres. p. 146.
  • Si aceptamos el perfeccionamiento creeremos con más firmeza que nos hemos hecho a nosotros mismos y no debemos nada al resto. Aquellos que están en la parte baja de la sociedad ya no serían vistos como desfavorecidos, y por lo tanto merecedores de cierto grado de compensación, sino simplemente como no aptos, y por lo tanto necesitados de reparación eugenésica. p. 146.

Objeciones

  • Admitir la lógica del don implica que alguien tiene que otorgar los dones, por lo tanto sugiere una imagen religiosa del mundo.
    • Pero también podemos concebir los dones como algo otorgado no solo por Dios sino por la naturaleza o el azar. p. 148.
  • Aceptar la lógica del don y los problemas que genera en la humildad, la responsabilidad y la solidaridad, implica que el criterio moral de las acciones no son las consecuencias claras a corto plazo. Va en contra del utilitarismo. p. 150.
    • Es decir, puede que aunque uno busque la ambición de dominio a toda costa, también tenga consecuencias positivas, por ejemplo descubrir una cura para el cáncer. p. 150.
      • Un ejemplo parecido de este argumento es el final de El corredor del laberinto. Al final de la trilogía parecen justificarse los ensayos con seres humanos inocentes y coaccionados porque se consigue una cura para un virus.
  • Sin embargo, Sandel no critica el mejoramiento porque dude de que los beneficios serán peores que las consecuencias negativas, sino que el debate sobre la biotecnología no se resuelve simplemente apelando a la autonomía, la libertad, los derechos individuales, los costes y beneficios. Lo que le preocupa es la mentalidad que implica la ambición de dominio. p. 151.

Lo que de verdad importa

  • Por un lado la mentalidad de dominio oscurece:
    • El amor incondicional y la apertura a lo recibido en el caso de los hijos. p. 151.
    • La celebración de los talentos y dones naturales en las actividades atléticas y artísticas.
    • La humildad ante los privilegios y la disposición a compartir los frutos de la buena suerte a través de las instituciones sociales (impuestos, seguros, etc). p. 152.
  • Por otro lado, la mentalidad de dominio genera una actitud y una visión de la libertad que no es buena.
    • Cambiamos la naturaleza para encajar en el mundo, en vez de encajar en el mundo con las limitaciones de la naturaleza.
    • Nos centramos en satisfacer nuestros deseos, aunque estos sean antinaturales, como por ejemplo la muerte, que los transhumanistas están convencidos de poder evitar, en vez de crear las condiciones sociales más amables con las limitaciones del ser humano. p. 152.
  • La revolución genética vino para curar la enfermedad, pero nos ha acabado tentando para mejorarnos a nosotros y a nuestros hijos. Sin embargo es una visión errónea de la libertad la que trata de vernos como la cima del mundo. p. 155.

Epílogo. La ética del embrión: la investigación con embriones.

Sandel defiende la investigación con embriones o el aborto, pues considera que el embrión no es un ser humano. Para ello da los siguientes argumentos:

  • Si la investigación con embriones fuera la destrucción de vidas humanas, sería tanto como un asesinato masivo. p. 160. Sin embargo, los que defienden que los embriones son seres humanos, no parecen coherentes con su argumento.
    • Primero, hay gente que permite la investigación con embriones sobrantes de FIV, pero no permite crear embriones directamente para investigar. p. 166.
    • Algunos piensan que los embriones son seres humanos y que no deben crearse más, pero por lo menos habría que aprovechar para investigar con los que tenemos congelados. p. 182.
    • Otros, como el presidente Bush, prohíben la financiación pública de la investigación con embriones, pero al mismo tiempo no tratan de prohibirla en el ámbito privado. ¿Es esto creíble si pensaran realmente que se está asesinando gente? p. 178.
  • Se suele decir que la investigación con embriones tiene el problema de acercarnos a una pendiente resbaladiza, que acabaría en las granjas de embriones, la clonación de bebés, el uso de fetos para obtener recambios y, en general, la conversión de la vida en un objeto mercantil. p. 170.
  • Según Sandel este riesgo es tolerable siempre y cuando investiguemos con embriones, que no son seres humanos sino blastocitos, es decir, un conjunto de no más de 200 células. p. 170.
  • Si se sostiene que el embrión es igual que la vida de cualquier persona, la investigación con embriones es como extraer órganos a una persona viva, usarlos para otra cosa, y dejar morir al embrión. p. 171.
  • Sin embargo, Sandel considera al embrión no como una persona sino como simplemente vida humana. Para justificar su uso, establece analogías:
    • No es lo mismo las células vivas de la piel (utilizables para otros fines) y el propio hombre al que pertenece la piel. Es decir, igual que la piel humana no es un ser humano, un blastocito tampoco es un ser humano. p. 173.
    • No es lo mismo una bellota que un roble. Las bellotas son robles en potencia igual que los embriones. Tenemos obligaciones morales respecto a las criaturas sentientes, no respecto a las que no sienten. La vida humana tiene grados, y el embrión sería el primero de ellos. p. 175.
  • La dificultad para demostrar en qué momento el hombre llega a ser una persona no implica que los balstocitos sean personas. Es la paradoja del continuo, ¿en qué momento uno es calvo, alto o listo? p. 176.
  • Otro ejemplo típico para justificar que los embriones no son personas: en caso de que haya un incendio en un hospital y tengamos que elegir entre salvar una plaqueta con 10 embriones o un bebé, siempre elegimos al bebé. p. 181.
  • Además, algunos sostienen que también se pierden muchos embriones en embarazos naturales y eso no nos preocupa tanto. Sobre todo no tratamos a los embriones y fetos fallecidos como al enterrar a los niños o adultos. p. 184.
  • Podemos investigar con embriones sin temor a dejar de valorar los blastocitos. Hacemos lo mismo en otros ámbitos.
    • Por ejemplo, nos parece mal que se usen embriones para hacer cosméticos, de igual forma que no aceptamos que un Van Gogh esté pinchado en un corcho en casa de un millonario.
    • O nos parece mal grabar nuestro nombre en un árbol aunque no pensemos que lo estemos haciendo sufrir. p. 185.

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