Cinco ejemplos para entender mejor a Kant

por | 5 de enero de 2015

Kant pasa por ser uno de los autores más difí­ciles para los alumnos. Posiblemente la mayor dificultad está en el vocabulario que emplea el autor. Sin embargo, las ideas centrales no son nada complicadas, así que aquí­ van cinco ejemplos, dos de ellos kantianos, para superar estas dificultades y perplejidades:

  1. La razón y la paloma: imagen del propio Kant, según la cual la razón viene a ser como la paloma que piensa lo rápido que volarí­a sin la resistencia del aire. Así­ la razón, tiende a soñar lo mucho que conocerí­a sin la resistencia de los datos de los sentidos. Ignoran, paloma y razón, que el aire y los datos empí­ricos hacen posible el vuelo y el conocimiento.
  2. Ni contigo ni sin ti: algo así­ debe decirle la razón a las preguntas de la metafí­sica. Es también metáfora del propio Kant: jamás podremos contestar de forma definitiva las preguntas de la metafí­sica, y sin embargo no podemos evitar el volver a ellas como a una antigua amante. Ya lo dice la canción: “ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio…”
  3. El conocimiento en Kant es como aquella vieja explicación de la reproducción humana a un niño: lo escuché hace ya algunos años y tiene su gracia. Resulta que el sujeto trascendental pone una semillita (de estructuras de conocimiento innatas, se entiende…) en la experiencia empírica y de ahí­ surge el conocimiento seguro.
  4. Los filtros del agua: igual que el agua va pasando por diferentes filtros y depuradoras hasta salir por el grifo, así­ le ocurre al torrente de datos que nos viene dado. Tras pasar por el filtro de la sensibilidad, el entendimiento y la razón se transforma en un conocimiento seguro. Ejemplos similares he oido por ahí­ referidos a la disgestión: igual que la comida se transforma, el sujeto trascendental tiene que digerir las impresiones sensibles.
  5. Los animales en libertad y el noúmeno: pretender conocer el noúmeno es parecido a aquellos documentalistas que presumen de grabar animales en estado salvaje, en régimen de libertad absoluto. La cámara es, sin embargo, condición de posibilidad y límite del documental. Es imposible observar un animal en régimen de libertad absoluto, sin que se vea condicionado por la presencia humana. Tan imposible como conocer el noúmeno kantiano.